Saturday, November 27, 2021

Polillas

El polillo y la polilla 

se salieron a pasear

y llevaron sus hijitos 

para darles de cenar. 

Recorrieron los salones 

aleteando sin cesar 

que es la forma 

que ellos tienen 

de reír y conversar. 

Encontraron un banquete 

en los muebles y detrás, 

en las cortinas preciosas 

de seda y de tafetán, 

luego afilaron muelitas 

con las fibras de astracán 

que encontraron en abrigos 

a la entrada del desván.

Se metieron al armario 

y rompieron a cantar, 

la alegría se notaba 

en sus alas al volar.

Se comieron los calzones 

del abuelo y algo más, 

las blusitas de las niñas,

camisetas y demás.

Las bufandas

de la abuela un echarpe 

y un sutiá,

devoraron las alfombras 

de la sala y algo más, 

las carpetas que bordara 

tía Mercedes tiempo atrás.

En cojines y manteles 

se notaba mucho afán 

de acabar con la comida 

pronto, pronto, 

sin parar,

sin respiro, sin retardos

sin pereza y sin hablar,

por si acaso regresaba 

la familia a aquel hogar, 

de las largas vacaciones 

que se dieron muy alegres 

polillitas y personas

en su estilo cada cual.

No contentas con la ropa 

las polillas acuciosas

en su ágape bestial 

cerraron con broche de oro 

y agujeros sin contar 

rubricando con su nombre 

el festín casi sin par

que en su memoria pequeña

habrían de almacenar

sin olvidarse tampoco

que cavaron a la par 

con sus tiernos hermanitos 

con su madre y su papá 

mil hoyuelos en la casa

muy perfectos por demás,

que perforaron las telas 

dobladas sin reparar 

en lo que estaban comiendo 

muy sabroso aunque sin sal,

entre cajones,

roperos por el frente

y por detrás,

por arriba y por abajo

en rincones muy oscuros

y debajo del sofá 

donde la vista primera

no pudiera divisar.

Quedó polvillo de alas 

en toda la casa igual

y un desastre 

con restillos de comida 

sin mascar 

que sus dientes avezados

olvidaron devorar.

Ahí no terminó todo,

invadieron la despensa 

dejando indeleble huella 

en paquetes 

de spaghettis, 

arvejitas y demás, 

convirtiendo en harinita

el arroz de la mamá, 

también robaron

garbanzos, frijolitos 

y lentejas

hasta el pan sin preparar

y después de todo esto 

sí arrancaron a volar.

Se fueron rápidamente

sin volver la vista atrás 

mientras los dueños de casa 

ignorando la visita

muy felices de llegar

regresaban conversando

de una forma muy locuaz

con su piel resplandeciente

acabada de broncear

tras exponer en las playas

su animada humanidad.

Retornaron con maletas

y su más florido ajuar

guardadito dentro de ellas 

dobladito sin afán 

en los paisajes preciosos

que pudieron contemplar 

tras las largas vacaciones 

que lograron disfrutar 

y llegaron extenuados

muy dispuestos a buscar

en el fondo del armario

las ropas de descansar.

No imaginaron entonces

que deberían comprar 

desde medias, pantalones,

camisillas y demás 

que las sábanas

de todos, 

estaban todas igual

plagadas de agujeritos 

y de alitas nada más 

que todo desbaratado 

les tocaba reparar 

y comprar nuevos ajuares

eso sí sin olvidar 

que debían perseguirlas 

con pericia y con afán para

que estas invitadas; 

polillitas con familia

a su casa fumigada 

no volvieran a pasar.  


Thursday, November 11, 2021

Vampiros

Se aprestan 

los vampiros 

al desangre 

aleteos de muerte 

que presagian 

que detrás del chillido 

con colmillos feroces 

solo aguardan 

la sombra de la tarde.

Wednesday, October 20, 2021

La señora Digna

 

 

La señora Digna

 

 


Historias de mi tío Pacho

 

 

La señora Digna, una bien nutrida matrona de avanzada edad, era la abuela de la casa, su familia, dueña de la panadería del pueblo fue siempre apreciada en la región. Al hijo de la señora, encargado de la administración, le decían Don Trino, no por su nombre sino por el tono de voz, su enorme figura denotaba en cada una de las masas que agitaba al caminar, el oficio al que se dedicaba o al menos el gusto que se daba con los distintos manjares que producía en la panadería, su nieto, en cambio, a quien apodaban comején por el gran apetito que lo caracterizaba, no mostraba en su joven anatomía, trazas de lo mucho que degustaba en postres, panes, roscones. y cuanta delicia se le atravesara.

Todo marchaba a pedir de boca, pero se complicó el día de la boda de una de las nietas de la señora Digna. 

Cerraron durante varias horas un área del local y prepararon la más grande torta. Tardaron toda una tarde en la producción magnífica; la aderezaron con vino, nueces y variada clase de frutas cristalizadas, uvas y ciruelas pasas, además de la sofisticada decoración exterior con cisnes que le daban cuerpo, y con pepitas plateadas sobre una crema blanca como el vestido y la pureza de la novia. 

La torta fue coquetamente coronada con dos figuras de dulce fabricadas ahí mismo; representaban un novio erguido con traje y sombrero y una muchacha frágil con velos, que aparecía adelante, no al lado, y lucía como si fuera a desvanecerse entre los brazos del muñeco.

Por aquello de los malos augurios, el color del vestido de la novia no podía ser utilizado por ninguna de las invitadas y la abuela había insistido en que le fabricaran uno de ese preciso color, cuya tela, forro, botones y hombreras buscó con la debida antelación e hizo llevar donde Alfonsito el sastre del pueblo junto con la revista extranjera que le había dado la idea, para que le elaborara como a la modelo, el más elegante atuendo para esta fecha singular.

La nieta armó la gorda cuando se enteró del color del traje que llevaría la abuela, porque definitivamente era símbolo de mala suerte e inmediatamente se empeñó en persuadirla de usar otro. 

Ante el llanto de la muchacha, la señora se conmovió y cedió a los requerimientos de su niña consentida, dejando colgada en un gancho, entre un plástico, la obra que Alfonsito se había esmerado en confeccionar y que le había quedado a la perfecta medida.

Para solucionar el impasse de última hora, buscaron en sus antiguos armarios el más adecuado atuendo para reemplazar el traje de la abuela, al fin encontraron uno que había usado una sola vez y que, estaban seguras, ningún asistente a la boda había visto, por si acaso, consiguieron una flor de seda amarilla que adhirieron cerca del hombro para darle un toque que lo diferenciara ante los ojos inquisitivos de alguna tía que intentara identificarlo.

La abuela estaba triste por no vestirse como había planeado, pero la consolaba pensar que era un sacrificio en beneficio de su niña querida, las abuelas cumplían fielmente con los preceptos religiosos que seguían al pie de la letra y el sacrificio formaba parte de la lista de buenas acciones para alcanzar el perdón y la simpatía celestial.

La señora Digna, siempre muy locuaz, estuvo callada en la ceremonia y luego en la celebración, lucía elegante entre su traje acomodado con una apretada faja porque había ganado algunas libras desde cuando lo estrenó. 

Llegó la hora de partir el bizcocho y todos se arremolinaron en torno de la mesa adornada con mantel bordado a mano y delicadas flores blancas, la abuela tenía lugar de honor para presenciar el corte de cada piso del enorme tinglado de harina y dulce sobre soportes de madera tallada en columnitas que hacían juego con todo el decorado, colocados uno sobre otro. 

De pronto, doña Digna levantó un brazo y torció los ojos con un gemido fantástico que la derribó sobre los novios de dulce que cayeron junto con ella para morir aplastados por el peso de la emoción de la abuela que, morada y tendida con la flor amarilla pegada sobre la frente exhaló su último suspiro.

 

 


Tuesday, October 19, 2021

Partida

En ese azar 

donde el cáncer 

acostumbra 

a robar partes del cuerpo, 

hoy me juego la nariz 

como quien juega dados

y le apuesta al número menor, 

estoy ahí aguardando 

el lance de los dedos mágicos 

que me regalen la cifra 

para salir ganando,

apareció diminuto 

camuflado cobarde 

entre las células 

de mi cansado rostro 

que creyó estar colmado 

de suficiente pena y

se tragó en silencio 

mil dolores

respirando entre máscaras 

y olores, 

pero aún tuvo espacio 

para este invitado 

que se coló a la fuerza. 

Es tarde para echarme atrás 

debo seguir el juego,

porque ahora 

se envalentona y

regresa en anestesia 

viva y escalpelos feroces 

con su sediento filo 

a reclamar su parte 

debo enfrentar la  apuesta 

firme 

y de pie como los árboles, 

debo apostar con

fichas blancas del dominó, 

debo apostar

al joker de este poker macabro 

por que me dé una sola cifra 

para salir ganando, 

un muñequito acomodable 

a las menores posibilidades, 

de perder lo mínimo 

en el próximo juego 

no pactado 

donde 

el contendor maléfico 

cree que juega 

sus mejores cartas,

le estoy jugando al as 

que a pesar de todo, 

aún guardo escondido 

bajo la temblorosa manga.


Tuesday, October 12, 2021

Sueños

Los hombres sueñan 

países sin fronteras 

donde vivir felices 

con sus hijos 

y sus bártulos, 

sueñan atravesar la tierra

bajo cielos azules

con guardianes 

cuyos caballos cabalguen 

hacia adentro

lejos del río que los divide 

y los aparta de sus sueños,

aunque el torrente 

los devore 

en el intento de 

desafiar su furia 

en el cruce,

porque sienten

que al menos, 

es una lucha limpia 

sin carcajadas obscenas, 

sin coyotes ni disparos.

Los hombres 

siguen soñando 

hacinados sin aire, 

jugando a que su suspiro 

supere las distancias 

y aguante las paredes 

metálicas selladas 

y el calor 

de otros alientos 

desmayados.

Los hombres sueñan 

y emprenden 

caminos bloqueados 

y van dejando 

en gotitas de sangre 

la fuerza que los movió

al comienzo,

siguen soñando 

hasta el último suspiro 

cuando ya sin retorno,

entienden 

que no hay un mundo mejor 

porque a fin de cuentas 

es el mismo 

que querían negar 

y comprenden muy tarde

que el trecho recorrido

fue más fiero y cruel, 

y se jugaron la vida  

entre un camión, 

en un desierto 

o frente a unas 

manos criminales 

que les apuntaron 

directamente 

a lo único 

que les pertenecía;

sus sueños.

Thursday, September 23, 2021

Delirio senil


Caminando entre el vapor del recinto con una toalla atada a la cintura, mientras desahogaba los poros de su cansado cuerpo, oyó la voz infantil, las letras de su nombre que alguien pronunció; sintió el roce de su mano al pasar a su lado como una ráfaga de viento, y la sutil tibieza de su aliento; sintió que esa piel lo llamaba a gritos, vio sus ojos de agua y sus cabellos y ya no pudo librarse de esa imagen que se le aferraba lasciva a la memoria con la fuerza de un fauno, un sátiro brutal tras su presa en celo.

Perdió la calma y entre su cabeza se reprodujo una y otra vez el grito de ese nombre, la caída sensual de cada bucle dorado de aquel niño extraviado en medio de la peste y del calor. 

Lo buscaba a diario en los amorcillos de la iglesia, en los sueños de los insoportables y nebulosos atardeceres y en el desvelo de cada amanecer. Lo buscaba extendiendo las manos, avanzando sin rumbo entre todos los nombres y entre todos los ojos y en los pequeños labios sonrosados de la humedad de su recuerdo, mientras daba sus últimos pasos hacia el precipicio que superaba su afán y su delirio. 

Lo buscó hasta el agotamiento y el sopor de su cerebro ardiente y lo halló en la perfección de las regurgitaciones de su postrer sueño de esteta alucinado, jadeando de placer y muerte en la febril caída hacia un estallido de estrellas, flotando en el infinito sin fondo y sin comienzo.

 

Midaz. 

Monday, September 13, 2021

Poemita

 No porque

no me veas

dejo de estar aquí,

recuerda que 

la permanencia 

es imperceptible

y yo habito los ojos 

que te miran

en el espejo de tu alcoba.

Habito

en las paredes 

de tu carne

la interminable 

mentira

que te cuentas a diario 

cuando me piensas muerto.



Monday, September 06, 2021

Yasco

 


Cuando ya 

no conjugue en presente,

cuando no pueda decir;

aquí yasco impasible,

completa 

con mis amores, 

y mis desventajas 

que son lo mismo, 

con mis miedos

con mis penas 

y mis flaquezas; 

con mis constantes 

actos de fe, de locura

o de incredulidad, 

con mis miserias 

y mis grandezas. 

Cuando ya 

no pronuncie 

el aquí yasco 

impotente 

con mis muertos 

y mis resabios 

con toda mi historia inútil

porque me cansé 

de la vida, 

porque mis pies 

no responden 

porque me ganaron 

tristeza u olvido,

porque ciega 

en mi noche 

no conozco 

el camino... 

¿qué dirán de mí? 

Tuesday, August 03, 2021

Armando

 Cuando vi a Armando en su última presentación, me puse a llorar y apagué la computadora, no era posible verlo apagándose, a pesar de su empecinamiento y la fuerza que intentaba demostrar a toda costa.

Recordé a Evita atrapada en su corsé de alambres sosteniendo su esqueleto y su anatomía derrumbada, de pie a la mala, recostada en un armazón insertado entre sus ropas y disimulado en su espalda para que apareciera en el balcón frente al pueblo que la aclamaba y quería verla, sin importar si sus fuerzas le alcanzaban para levantar la mano. La recordé cuando miré al amigo vencido por el cáncer presentando un libro que en competencia con la muerte, se empeñó en publicar y mostrar al mundo.

Pensé que alguna persona era responsable o tal vez irresponsable por este desafuero, que alguien debió impedírselo, luego recordé su empecinamiento y dejé de culpar a otros por algo que él consideró la culminación de su esfuerzo literario, iniciado poco tiempo atrás cuando comenzó a publicar todo lo acumulado a través de los años y a resumir su carrera de columnista investigativo y su esfuerzo loable de caricaturista, en algo que consideró su propia despedida de este mundo y me reproché al sentirme con derecho a opinar sobre algo que no me correspondía. 

Fue el afecto, el miedo, a lo que veía que venía lo que me hizo apagar la pantalla y sumirme en mi llanto mudo cuando vi sus fuerzas tan menguadas, cuando vi  que no atinaba a precisar sus respuestas.

Él tan veloz de pensamiento, tan organizado mentalmente, tan locuaz y óptimo en sus comentarios, tan oportuno a la hora de resaltar sus aventuras y darse a conocer. 

Él tan habilidoso en su conversación tan agradable, él tan gracioso como sus dibujos, aunque en el fondo guardara su inamovible fuerza de militar antiguerrilla que dio origen a otro de sus libros. 

Qué podría decir de ti Armando, hoy todos hablan de tus cualidades y ante eso no tengo mucho que agregar. Pienso que tal vez te alejaste a propósito para que nos fuéramos acostumbrando a no verte, a no contar contigo para los almuerzos italianos y las caminatas, para ver aparecer la aurora en una playa después de una fiesta larga. 

Ese fue tu pretexto para amainar el peso de tu ausencia que ya veías venir, a pesar de las nano prácticas y los cuchillos.

Armando, conspirador, tirano, ególatra, fiero en tu territorio. Te paseabas midiendo tus dominios y cuidándote de cada paso, de cada intruso, de cada escollo. 

Enfurecido ante el mínimo fracaso, imponente, arrogante y prestidigitador de sentimientos, amigo de sus amigos y enemigo feroz de sus contradictores, hoy reconocemos que, como la hermandad de la amistad es así:

Te quisimos incondicionalmente y que después de un año, finalmente podemos decirte adiós. 

Midaz.

8/3/2021

Monday, August 02, 2021

Popete

 

Historias de perros la más costosa media 

 

Popete era un perrito color café, con ojos amarillos, tenía una mirada maravillosa que seducía e invitaba al amor a primera vista. Había llegado a su nuevo hogar muy pequeñito y desde entonces recibió gran cariño de parte de la familia. Pronto dejó de ser una mascota manejable porque creció mucho.

Llegó entonces a la casa una señora que lo entrenó con artes maestras, pero él sabía muy bien con quien mostrar sus avances en las nuevas normas adquiridas y también sabía de quién burlarse porque lo veía más débil o tal vez más amoroso y permisivo con él, sus ojitos pícaros lo delataban.

Rápidamente se convirtió en un gigante y ahora, cuando contaba con un año y medio, era incontrolable, ya los había tumbado a todos cuando lo sacaban a pasear, no sin hacerles daño en codos y rodillas. 

Popete era hiperactivo y su energía canina tal como su cuerpo, no paraba de crecer igual que su picardía. Por lo demás, Popete era un perrito feliz, aunque tenía gustos raros en su manera de comer, se saboreaba al contemplar las servilletas desechables como si de un filete se tratara, su dieta secreta era extraña:

En un santiamén comía papel, madera, tela, además de la comida normal de los otros perritos que también engullía con fruición.

Popete, a gran velocidad comía zapatos y medias; rompía sus camitas y se comía forro y relleno, con gran sigilo y velocidad se robaba los cojines, las cobijas y los limpiones de la cocina, y mientras lo perseguían para quitárselos, los dejaba hechos jirones. Despedazaba camisas, toallas y cuanta pieza de ropa se le atravesara para pasársela por el paladar de un solo tarascazo, se devoraba a pedazos las máscaras de la pandemia -que en ese momento azotaba a la humanidad- y sobra decir que le encantaban. 

De los guantes… ni hablar, una dentellada certera los desaparecía al instante entre su hocico voraz.

Popete comía cocos, el relleno fabricado con trozos de madera que se echaba a los pies de los árboles, las cortezas de las palmeras, las flores, los clavos que se caían cuando colgaban cuadros, el plástico de los destornilladores, comía de todo y cuando sus dueños preocupados lo observaban, notaban que solo las medias lo enfermaban porque se quedaban atoradas entre su estómago y su garganta y se le devolvían, eso le proporcionaba un corto periodo de calma, pues se echaba sumiso mientras se libraba de ellas.

En su casa, como es natural, lo vigilaban, pero él se daba mañas para engatusarlos a todos y conseguir lo que se había propuesto comer. Lo regañaban por todas sus pilatunas, pero él parecía no oír y no aprendía a pesar de conocer el castigo que era ponerlo entre la jaula. Eso sí, bajaba las orejas y ponía el rabo entre las piernas, pero no se dejaba encerrar y no había prácticas de entrenamiento que funcionaran. Él solo obedecía una voz; la del señor de la casa, ahí no tenía que oír repetición de la orden, la cumplía al instante.

Todo marchaba normalmente hasta el día aquel cuando la niña de la casa viajó de la Florida a California para pasar una larga temporada de vacaciones con los abuelos paternos, ese día Popete se vio muy consternado sin poder explicarse lo que sucedía. Se entristeció por primera vez en su vida y a partir de tres o cuatro días se volvió muy obediente, ya no se burlaba de los viejitos que lo cuidaban, ni saltaba sobre ellos hasta derribarlos en el pasto cuando lo sacaban a caminar, ya no brincaba como un potro salvaje sobre las grandes vallas de matas cortadas cuidadosamente a dos metros de altura para adornar el jardín; no atravesaba el enorme solar con más velocidad que un caballo desbocado, sino que muy paciente, se sentaba a los pies de los ancianos o, por su cuenta se instalaba en su jaula con la puerta abierta, sintiendo que era su habitación, y ahí dormía durante largos periodos. 
Nadie sospechó a qué se debía el cambio en la conducta del perrito y menos que él se imaginaba que aquella niña que él amaba, seguramente se había comido una media y había sido castigada y desterrada por eso.

Popete cambió su manera de actuar pues él no quería arriesgarse a sufrir el mismo castigo y ser desterrado como la niña que no aparecía por la puerta por donde la vio partir, ya una vez cuando muy niño lo habían separado de su mamá y sus hermanitos y por fortuna lo habían llevado a donde ahora vivía y se divertía tanto; así que en adelante se comportó como un perrito dócil y triste hasta que se produjo el milagro del regreso de la niña que le trajo muchos regalos con los que jugaron, hasta que Popete, como todo lo que cruzaba por su camino, se los comió uno a uno

Tuesday, June 22, 2021

Equinoccio

Soy hija del tiempo

y de las piedras,

de las rocas más recias, 

hija del mar 

y de la conjunción de los planetas, 

de la luz del día más brillante, 

solsticio que me vio nacer 

cuando no era aún mi tiempo,

llegué de pronto 

irrumpí atrevida 

después del orden de los ritos 

y de la luz más larga. 

He muerto y he nacido 

por los siglos del olvido 

y los descubrimientos  

mientras en las antípodas 

se fraguaba la oscura enorme noche,

así aparecí,

así soy, 

viento y nube, 

sol y sombra, 

lluvia y fuego:

Yo.

Monday, June 14, 2021

De manos

“Manecita rosadita muy experta yo te haré para que hagas buena letra y no manches el papel”... 

... y la mano rebelde 

se negó a ser domesticada 

y cambió mil veces el tono leve de su piel taimada 

y manchó todos los papeles con diatribas y cantos de letra grande y desordenada 

y aprendió a caminar sola 

y a gritar entre las otras manos que la señalaban 

y a ser mano levantada, 

mano fuerte y obcecada, 

mano que abre y cierra caminos

que escala, cae 

y vuelve a erguirse empecinada, 

que empuña plumas y azadas que acaricia y ama, 

que vuela, que alimenta, aprende y siembra 

y por sobre todas las cosas, que aunque la amordacen 

no se queda callada.

Thursday, May 27, 2021

Objeto

 Aquel indescriptible objeto que me mira desde mi infancia con cierta conmiseración en sus gastados filos de la ternura, aquella blanca cosa que algunas veces se decolora hasta invisibilizarse del todo y que aún así no deja de perseguirme por donde yo vaya. 

Lo vi en mi primera y arriesgada aventura del amor cuando robé unas llaves para colar aquellos ojos verdes en mi corazón de adolescente apasionada, lo evoqué cuando cerré los ojos en los espasmos del placer y me justifiqué ante él como si alguna autoridad ejerciera sobre mí.

Lo seguí viendo a través de la vida que con tanta explicación me pareció muy corta, seguía presente entre los armarios, en los aviones y en los barcos acompañándome por donde iba para que siempre recordara su presencia finalmente ladina que se me escapaba babosa entre los sueños porque ahí también estaba presente siempre con un hilillo de viento que percibía debajo de los grandes almohadones y los cojines, aparecía como un aliento, una tibieza colada que no me dejaba olvidarlo.

Yo no sé si a todos nos pasó, no tengo a quién hacerle esa pregunta porque quedé sola con él y sus ojos de vidrio que no puedo ocultar tras las cortinas. Creo que me antecede y me precederá en las sombras que me aguardan más allá del camino trunco. 

Friday, May 14, 2021

SOS

 


Mientras suenan sirenas 

en las calles 

y el resplandor 

de muerte las invade 

mientras caen 

los hombres y los niños 

y los gritos estallan 

en las gargantas 

de las madres 

los gobernantes 

brindan en sus copas 

rebosantes de sangre.

Midaz.

Saturday, April 10, 2021

Comandante

 


Primer comandante


El hombre se había tomado una embajada a sangre y fuego, perdió a uno de sus hombres gracias a un certero disparo propinado por los guardias durante el ingreso, ya adentro dominó la situación y secuestró a los asistentes, entre ellos a un alto prelado de la iglesia católica, a embajadores y personajes importantes del mundo diplomático, a quienes hizo permanecer en el edificio de la sede invadida, siguió adelante en sus propósitos que eran a largo plazo y ocupó los titulares de la gran prensa del país durante los largos días que, efectivamente, duró la toma del lugar.

Se bautizó a sí mismo como el número uno de la misión, por algo era el comandante en jefe de la operación y así lo conoció la humanidad durante varios días de emoción contenida a nivel mundial.

La chica más bella y osada del comando, negoció con el gobierno la liberación de los rehenes y consiguió todo lo solicitado; la liberación de sus compañeros presos, garantías, transporte y pasaportes para salir del país. Los periodistas la aguardaron día a día, durmiendo en carpas instaladas frente al edificio, hasta ver la salida triunfal de esta mujer pequeñita que solo mostraba sus enormes ojos negros. La totalidad del rostro lo ocultaba tras una máscara. 

Días más tarde se les vio viajar a islas lejanas muy satisfechos de sus logros. Después del tiempo regresaron a su patria y fueron respetados por su osada acción, pero en los altos mandos se fraguaba la venganza.

La chica murió en las montañas mientras se batía en un combate feroz antes de firmar la paz que acabó en el exterminio desgranado que poco a poco cobró la vida de casi todos los demás integrantes de su grupo, aquellos que habían confiado en el compromiso pactado. 

Del hombre no se volvió a saber mucho, hasta que reapareció militando en ese otro bando; uno de los movimientos más criminales de la historia del país, con ideología opuesta a la que otrora defendió. Un grupo que, precisamente, fue el que asesinó a miles de sus compatriotas y a todos sus copartidarios. 

Según contaban quienes vieron una carta que escribió el comandante en esos días de gloria y prensa, había invertido las letras de la palabra decisión, demostrando entonces a todos, su pésima ortografía. 

El tiempo y la vida, siguieron refrendando, que fiel a su escritura, ahora seguía invirtiendo la palabra y había tomado la decisión equivocada.

Uñas

 


Cuentico macabro


Todo comenzó con una pena honda, tan honda que no se perfilaba su fin en el devenir de los días y le extravió el  seso, inconscientemente mordió y mordió sus uñas hasta que la sensación de distracción y alivio se le convirtió en placer, de esta manera hizo su ingreso en la oscuridad de un vicio incontrolable. 

Pasaba de un dedo al otro agotando las posibilidades naturales de recuperación y crecimiento de las uñas, cuando cruzaba esa línea de espacio entre la carne blanda y la solidez que a gusto destrozaba, se producía un poco de dolor y cada tajito que atrapaba superficialmente con los dientes, le producía una combinación de sensaciones a las cuales también se acostumbró con gusto, luego cuando brotaba la sangre lamía y succionaba, así como desde niña había visto hacer a algunas personas cuando se cortaban. 

No notó cuándo se atrofiaron las uñas, ni en qué momento se iba tragando su propia carne que la saliva había ablandado. 

Nadie se enteró del suceso, hasta cuando la encontraron desangrada entre su cama con los huesos de las manos al descubierto. 

Sunday, March 21, 2021

Orates Frates 'Hermanos locos"


¡Orate frates! 

¡Orad hermanos!
¡Orates frates!

¡Hermanos locos!
Orad que la muerte es una ficción, la vida siempre está ahí transformándose, me decía levantando los brazos en actitud de oración mientras clavaba sus pupilas subversivas en mi pobre humanidad atravesada de miedo, 
–¿ya leíste a Nietcheze? y ¿qué me dices del XVIII de Brumario y la Comuna de París? 
¡Contesta!, no te quedes ahí como si te hablara en chino, entonces pasaba de la agresividad a la ternura de sus impenetrables ojos verdes que se llenaban de gotas cristalinas, llanto colorido que recorría mi columna de compasión enamorada. 
Era la época en que Nemo, leía al mismo tiempo a Freud, a Marx y a Gonzalo Arango bajo el influjo de varios cachos de marihuana, la misma época cuando se convertía en avión y se iba para el aeropuerto de El Dorado, a carretear. Se metía en la pista y comenzaba a prender sus motores... rrrrrrr rrrrrrrrrrrr rrrrrrrrrrrrrrrrr, cada vez un rrrrrrrrrrrrr más largo, pero cuando ya iba a despegar, lo arrestaba la policía y despertaba helado en un calabozo, sin medias y sin suéter, fracasado, con el cuerpo amoratado y sucio, solamente su larga cola de chino camuflado le daba una línea de calor sobre la espalda. Para ese entonces había superado las primeras tendencias suicidas porque le parecía muy burdo dejar la sala salpicada con el peso de sus pensamientos hechos sangre y masa encefálica maloliente. 
Desistió del intento para no poner a nadie en ese trabajo sucio. Ahora, después de 35 años en los Estados Unidos, donde había venido a padecer lo que él llamaba el karma americano tras abandonar sus carreras de derecho y psicología, se había convertido en químico y antropólogo graduado de la universidad de Budwiser, 68 latas a las cinco de la tarde del sábado, sacaban a flote sus más sofisticados recursos ideológicos, escribía manifiestos antipoéticos pidiendo la muerte de un vate antes que siguieran talando árboles para imprimir tanta mierda, se convertía en el discjockey de su amigo muerto por culpa de un tornado que se lo llevó en Missouri, mientras dilucidaba el alfabeto chino. Estaba obsesionado con los movimientos de las sinfonías de Mahler, o recibía la visita de su suegro igualmente muerto en semanas anteriores, que le exigía, nuevas melodías. 
¡Oh Behemot, tu sed puede secar el río Jordán!
sigue bebiendo sin parar,
–¿no has leído la Biblia maldito pagano? 
El 15 de septiembre o el 14 de febrero. (?) Día de los chocolates.
 Se dice que es el día del amor, no el día de poesía en que te conocí y que para mí es el día que abro los ojos y te recuerdo, 8 de octubre, 4 de abril, 6 de febrero, ocho años sin final, el día en que te miro y te imagino desnuda, aplastando tus senos que me devoro a besos, sin respiración por el peso de mi lujuria que se hunde en tus profundidades abismales, que te busca desde el primer baile en la oscuridad del salón, mientras te deslizas suavemente al lado de las muñecas olorosas y doradas, decoradas como para una vitrina de joyería de pueblo, encontramos afinidades, yo era hombre y tú, una diosa. 
Te llevo contra la pared y forcejeas, pero sigues adherida a la fuerza de mi sexo que emite una onda que se te pega a la piel en inexplicable complicidad. Esa noche me inspiré y me fumé toda la marihuana de la semana, no recuerdo quien pagó las consecuencias, pero alguien debió hacerlo. Los gemidos se escapaban por las ventanas y orgasmo tras orgasmo, yo me envalentonaba y quería amanecer entre los gritos y las humedades telúricas de tu arrebato, del arrebato de otra, del de muchas, o de ninguna... todo es así, lo vives o lo sueñas y después no sabes qué pasó. 
Soy un nigromante, los muertos me persiguen, me buscan en su peregrinar interminable, me asedian en su bobalicona pasividad de inútiles, llegan durante los ardientes días del verano y en la tibieza del otoño descolorido de la ciudad tropicogringa donde habito, se presentan con las melodías del desempleo que padezco durante dos años, me incitan con su muerte dibujada en los gestos, algunas veces los escucho tratando de idear la mejor forma de terminar con la farsa del sueño americano, me río y ellos me imitan, trato de espantarlos y se burlan de mí, me ofrecen alternativas de calavera, huesudos consejos de muerto desactualizado, no les creo, por ahí anda Madame Curie, con su química y su anemia, ella no conoce la autopista. 
Creo que lo mejor es un muro de cemento a ochenta millas por hora, por la carretera, ochenta millas son más de cien kilómetros, tú no alcanzas ni a figurártelos, tu velocidad era lenta y aunque fueras un genio, no puedes sospechar ni por un instante que esto no es una mala idea, pero si el carro se levanta, me pregunto, uno no es tan preciso y puede volar hasta el otro lado como el que en la carretera I95, se le clavó al carrotanque de gasolina y formó un infiernillo donde se cocinaron los justos que iban puntuales a su cita de trabajo. 
Decidí que no era una buena idea, también abandoné a Madame Curie en medio de un camino comunal. Seguiré pensando sin consejos… y la soga, incómoda, larga y pesada con lengua amoratada y suelta en su grotesca inmovilidad (?) 
Que me quemen en la hoguera con el fuego de los sexos voladores. Que barran mis cenizas que lo hagan con aquellas escobas con las que nacieron las brujas, las de la belladona en la punta del mango clavadas en su vagina, para volar en tierra, alucinando nubes y chimeneas, mirando el mundo desde la luna, en monólogos fabulosos y diálogos etéreos de penes que las persiguen por los rojizos dombos de la perversión. 
¡Viva el aquelarre! 
¡Viva yo para morir contigo, diosa mujer que me envenena! 
Grandiosa diosa, nena, sube a morir conmigo, con el poema escrito en la escalera de la universidad, dame tu mano de uñas arregladas a fuerza de la piedra, guagüaita, ladra, lame mis pies, mis piernas y mi sexo hasta que estalle en puntos estelares, polvo de estrellas, ‘polvo enamorado’ y te enceguezcan mis manjares, bate tu colita que yo me adormezco en tus aromas, niña buena, no te asustes con tus pensamientos, vuélvete mala que las niñas malas son las más buenas… 
Quería saber por quién doblan las esquinas sin saber que, como las campanas, también doblaban por mí. No fue la pólvora ni la soga, ni la velocidad... el hígado suicida jugó su juego sucio de hiel, se agotó de tanto rearmarse cuando me habías enseñado otras perspectivas. Entré en la era de los tubos y las medicinas, las que adormecen un problema y crean otro, entré en el horario para el envenenamiento en cuotas, con un órgano joven que me hizo amar el café de Jamaica y me entusiasmó con Mickey Mouse, ese que me devolvió una alegría descartada por años de elucubraciones. 
Durante meses, ascendí altas cumbres, las nubes se metieron en mi cerebro andariego y el nuevo plan era en miniatura, ciudades voladoras y barcos sin ruta de regreso, armar un nuevo mundo que se aplastara con una sola y errática pisada. 
Se acabó el tiempo de alucinaciones o tal vez comenzó de nuevo, se espantan tus ojos y tocas mi cara con amor, allá en la distancia tienes tu mano sobre mi corazón que se aleja y no regresa, no puedo mirarte, pero te siento, ninfa niña, piel, durazno camueso con ojos asombrados, siento tu presencia en mi muerte lenta, mientras me hundo en el remolino de un río turbio sin brazadas posibles, tus lágrimas humedecen la partida. Ya no hay palabra ni clave que nos una, ni hermanos ni madre, ni hijo, ni amistades. 
No soy, fui una ráfaga, una llama rebelde que se apagó en el viento y que repitió tu nombre a la hora de zarpar. 
¡Finalmente estoy muerto! 
y... 
¡sigo vivo! 
Soy Nemo, Klaus Behemoth, el dios de los placeres del ombligo, soy Nelson y te miro. La eternidad es una biblioteca circular flotante, es el todo en medio de la nada. Rodeada noche de notas musicales, de movimientos, de scherzos de prestos, de sonatas y minuetos, de sinfonías, de adagios, de andantes, de allegros... de luz, 
¡la eternidad soy yo! 
y la sombra que ya no me deja verte más. 
Midaz

Thursday, March 04, 2021

Cuentecitos

Sin petición de mano


Cuando Jorge decidió proponerle matrimonio a Miryam, se dio cuenta que ya no quedaba un solo libro en sus anaqueles, él la quería tanto que para complacerla, a diario le prestaba uno que ella sin falta le pedía, entonces, ese día, sin libros, comprendió que ella no volvería.



Despedida


Aquí tengo tu guitarra 

porque la maldita muerte 

no permitió que la 

llevaras a cuestas

Sus cuerdas 

aguardaban 

tu mano diestra, 

pero llegó a cambio 

una siniestra.


Minero 

Con el dinero que intentaba ganar ese día, completaría la suma para comprar el anillo que le daría a Julia. Después de la explosión, solo apareció una lista de nombres en los diarios...



Los ojos de Anabella.

Desde que se cruzó con ella, Juan comenzó a arder por dentro, las llamas de su entraña amenazaban con consumirlo, él bebía agua para apaciguarlas sin lograr mejoría. Mientras se dirigía al trabajo el enardecimiento era insoportable, entonces contemplaba las enormes jardineras con flores que adornaban el borde de los andenes de la ciudad y la frescura de los pétalos se le metía por la respiración aliviando un poco sus furores, no podía en cambio, mirar aquellos tallos marchitos porque se avivaba la hoguera en su interior que no lo dejaba vivir, era muy difícil transitar por la calle con esta sensación. Tornó entonces su mirada hacia las copas de los árboles que allá arriba podían respirar y batirse al viento. 

-Esa es la salida, se dijo- 

Subió corriendo los diez pisos del edificio y llegó agotado a la terraza desde donde se contemplaba entera la ciudad, tomó aire y ensanchó su pecho con los brazos abiertos como alas, entonces allá a lo lejos vio los ojos de ella y por fin pudo frenar el incendio que lo quemaba con esa nueva sensación de libertad que solo duró los breves segundos de la caída.

Saturday, February 27, 2021

Justicia poética



Lapsus


Después del crimen, el hombre levantó su pistola humeante intentando soplar el cañón como acostumbraba, en su sórdida emoción, al tiempo que lo hacía sufrió un lapsus, oprimió el gatillo y se disparó en la cara.



Gallera


El animal sacudió la pata que acababa de ser liberada cuando el hombre terminó de pulir sus espuelas para la pelea y de asegurar el afilado cuchillo que dejó un charco de sangre en la arena y una herida mortal en su cuello de entrenador. 


Wednesday, February 03, 2021

Compañera

 La muerte llegó en febrero y en octubre, llegó en junio y en agosto, en enero y en abril, en noviembre y en diciembre, en septiembre, en mayo, en marzo, llegó en julio y llega siempre. Todo el año en días grises o resplandecientes, con noches negras o plenilunadas, en la más absoluta oscuridad o al rayo del sol radiante. Llega, llega, llega sin permiso, sin aviso, sin palabras, con gritos con aullidos con silencios atroces. Con anuncios, sin ellos, desbocada, lenta engañosa acercándose tímida o rabiosa descarada bestial. enajenada, turbia, clara; en fuego, en agua, en cristales, en viento. Filtrada en hospitales, llega llega, llega sin que sepamos nada. Ignoramos sus pasos y sus manos heladas y de pronto aparece con su risa macabra a enseñarnos lo torpe, lo anodino, lo frágil de esta corta jornada.

La Fiesta de la Friducha

Aniversario

 Un día, otro de tantos, fue una fuga audaz... Cincuenta y dos años no son nada, es posible que sean una vida que se reproduce en cuatro, oc...