Saturday, November 27, 2021

Polillas

El polillo y la polilla 

se salieron a pasear

y llevaron sus hijitos 

para darles de cenar. 

Recorrieron los salones 

aleteando sin cesar 

que es la forma 

que ellos tienen 

de reír y conversar. 

Encontraron un banquete 

en los muebles y detrás, 

en las cortinas preciosas 

de seda y de tafetán, 

luego afilaron muelitas 

con las fibras de astracán 

que encontraron en abrigos 

a la entrada del desván.

Se metieron al armario 

y rompieron a cantar, 

la alegría se notaba 

en sus alas al volar.

Se comieron los calzones 

del abuelo y algo más, 

las blusitas de las niñas,

camisetas y demás.

Las bufandas

de la abuela un echarpe 

y un sutiá,

devoraron las alfombras 

de la sala y algo más, 

las carpetas que bordara 

tía Mercedes tiempo atrás.

En cojines y manteles 

se notaba mucho afán 

de acabar con la comida 

pronto, pronto, 

sin parar,

sin respiro, sin retardos

sin pereza y sin hablar,

por si acaso regresaba 

la familia a aquel hogar, 

de las largas vacaciones 

que se dieron muy alegres 

polillitas y personas

en su estilo cada cual.

No contentas con la ropa 

las polillas acuciosas

en su ágape bestial 

cerraron con broche de oro 

y agujeros sin contar 

rubricando con su nombre 

el festín casi sin par

que en su memoria pequeña

habrían de almacenar

sin olvidarse tampoco

que cavaron a la par 

con sus tiernos hermanitos 

con su madre y su papá 

mil hoyuelos en la casa

muy perfectos por demás,

que perforaron las telas 

dobladas sin reparar 

en lo que estaban comiendo 

muy sabroso aunque sin sal,

entre cajones,

roperos por el frente

y por detrás,

por arriba y por abajo

en rincones muy oscuros

y debajo del sofá 

donde la vista primera

no pudiera divisar.

Quedó polvillo de alas 

en toda la casa igual

y un desastre 

con restillos de comida 

sin mascar 

que sus dientes avezados

olvidaron devorar.

Ahí no terminó todo,

invadieron la despensa 

dejando indeleble huella 

en paquetes 

de spaghettis, 

arvejitas y demás, 

convirtiendo en harinita

el arroz de la mamá, 

también robaron

garbanzos, frijolitos 

y lentejas

hasta el pan sin preparar

y después de todo esto 

sí arrancaron a volar.

Se fueron rápidamente

sin volver la vista atrás 

mientras los dueños de casa 

ignorando la visita

muy felices de llegar

regresaban conversando

de una forma muy locuaz

con su piel resplandeciente

acabada de broncear

tras exponer en las playas

su animada humanidad.

Retornaron con maletas

y su más florido ajuar

guardadito dentro de ellas 

dobladito sin afán 

en los paisajes preciosos

que pudieron contemplar 

tras las largas vacaciones 

que lograron disfrutar 

y llegaron extenuados

muy dispuestos a buscar

en el fondo del armario

las ropas de descansar.

No imaginaron entonces

que deberían comprar 

desde medias, pantalones,

camisillas y demás 

que las sábanas

de todos, 

estaban todas igual

plagadas de agujeritos 

y de alitas nada más 

que todo desbaratado 

les tocaba reparar 

y comprar nuevos ajuares

eso sí sin olvidar 

que debían perseguirlas 

con pericia y con afán para

que estas invitadas; 

polillitas con familia

a su casa fumigada 

no volvieran a pasar.  


Thursday, November 11, 2021

Vampiros

Se aprestan 

los vampiros 

al desangre 

aleteos de muerte 

que presagian 

que detrás del chillido 

con colmillos feroces 

solo aguardan 

la sombra de la tarde.

La Fiesta de la Friducha

Aniversario

 Un día, otro de tantos, fue una fuga audaz... Cincuenta y dos años no son nada, es posible que sean una vida que se reproduce en cuatro, oc...