Estaba la sed aguardando a la vuelta de la esquina, era la misma sed del Sahara bajo cuyo lecho de dunas encantadas corren manantiales inalcanzables. Era la sed fabricada por los hombres que resecaban los caminos mutilando y quemando la noche para abrirse paso, la misma sed antigua de las manos extraviadas en el ardor del fuego, la sed eterna que no se sacia, la que no encuentra alivio ni reposo…
La sed, simplemente la sed.
Tuesday, November 22, 2011
Monday, November 14, 2011
Amiga
Tus pies,
pétalos secos
aguardan la jornada,
el momento supremo
de reiniciar
la marcha
hacia la nada.
Te miro
en la impotencia
con tus pálidos labios
desmayada.
Amiga
que a la espera
del alba,
aletea
sus manos blancas
sobre la sábana
del hospital
donde siempre
acechando
en la sombra,
la muerte
agazapada,
con sus
dispuestas zarpas
en el menor descuido
al cerrar de los párpados
nos gana
la batalla.
pétalos secos
aguardan la jornada,
el momento supremo
de reiniciar
la marcha
hacia la nada.
Te miro
en la impotencia
con tus pálidos labios
desmayada.
Amiga
que a la espera
del alba,
aletea
sus manos blancas
sobre la sábana
del hospital
donde siempre
acechando
en la sombra,
la muerte
agazapada,
con sus
dispuestas zarpas
en el menor descuido
al cerrar de los párpados
nos gana
la batalla.
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