Tuesday, April 05, 2011

Aves




El angeo de la ventana sucumbió ante el embate del cuerpo del ave que lo atravesó segura, como si ya conociera la elasticidad del ojo que cedería a la fuerza de su pico y como si sus garras presintieran la textura de la garganta traspasada de la mujer que plácidamente reposaba entre su blanca cama.

La Fiesta de la Friducha

Aniversario

 Un día, otro de tantos, fue una fuga audaz... Cincuenta y dos años no son nada, es posible que sean una vida que se reproduce en cuatro, oc...