Thursday, June 30, 2022

Día imposible

Es el día imposible que pudo ser marzo, es un 29 de febrero
Te quedan siete minutos en que pude llegar a tomar tu mano, acompañarte en el minuto final y sigo en la casa sin puertas adentro, en la casa de paredes que no alcanzan el techo, la casa de la lluvia perenne, no puedo correr para ir a verte, atravesar la vía peligrosa, subir la calle de escaleras y luego llegar desde abajo al cuarto helado donde aguardar el permiso. Se agota el tiempo y no lo sé. No sé que no valieron los rezos ni las súplicas al cielo; a los muertos ni a los vivos, no hay un teléfono que como en toda circunstancia, grabe tus últimos momentos, o por lo menos nos informe de tu estado.
No puedo decirte adiós, no sé que llega el adiós, lo ignoro, sólo un pájaro de mal agüero interrumpe el silencio y vuela para prepararnos, pero no entendemos su mensaje. Ahora es tarde, tengo tu mano entre mi mano, tu cabeza desgonzada entre mi pecho. No vale nada, no hay con quien quejarse, a quién preguntar por tus últimos momentos, los pasillos están vacíos, no se ve un médico ni una enfermera y toda la unidad está desierta. 
Te amaré durante toda la eternidad se aproxima la hora final de nuestras vidas. No puedo llorar, estoy contigo en tu asfixia, en tu agonía, en tu soledad de sábanas blancas, estoy ahí ahora y siempre hermano mío. 
Te amo y tú te vas, ya perdiste las fuerzas y yo también, los dos perdimos, siempre lo hicimos, nunca nos tocó ganar, nacimos con la suerte de espaldas, éramos uno solo en dos cuerpos divididos.

Ladrillo

Estoy enamorada 
de un ladrillo, 
me gusta su definida forma 
la suavidad 
lisa de su cuerpo, 
el anaranjado 
tono de su aliento, 
la solidez y textura 
del filo de su 
cuadrado acento,
me gusta la fuerza 
de sus palabras
la contundencia
perpetua del golpe 
y de su efecto 
pero como prevenía 
la abuela, 
debo cuidarme 
de este amor de piedra 
evitar
que algún día me 
atrape
con su natural hosquedad
que golpee mis manos 
y mi frente
hasta lograr 
que pierda la cabeza
y me hunda entre 
su irremediable 
y brutal
rudeza 

Monday, June 13, 2022

Noche


Sin un último óbolo 

bajo la lengua,

sin destino 

ni rey que te proteja 

o te condene

¡Vuela!

que tus manos etéreas 

se desaten en alas 

para llegar muy lejos 

que se abra la noche 

con su velo espeso 

y aunque no veas nada

siente la oscuridad 

de la eternidad 

siente el vacío 

de la desolación 

porque hasta 

la más infame 

y pertinaz

lluvia te abandonó 

para siempre

este era el rumbo 

que no veíamos venir 

pero que creíamos 

que presentíamos

en el hórrido hueco 

de la soledad 

de entonces 

cuando el recuerdo 

era eso tan simple

tan hondo 

tan intangible 

y muerto 

en nuestros 

corazones niños.

La Fiesta de la Friducha

Aniversario

 Un día, otro de tantos, fue una fuga audaz... Cincuenta y dos años no son nada, es posible que sean una vida que se reproduce en cuatro, oc...