Saturday, December 31, 2011

Afuera
los árboles
tiritan
en su desnudez
sobreviven
los vientos helados
del amanecer
y así cada año
desde mi ventana,
después de los días
irguiendo sus ramas
los veré
regresando a la vida
en su largo ciclo
de reverdecer.

Midaz

Por un 2012 lleno de esperanza.

Tuesday, December 27, 2011

Me disfracé de duelo
pero estaba feliz sin ti
no me perseguía
la furia del deseo,
mi aliviado cerebro
no se debatía entre la necesidad
de sentirte y tu afán
de manejar mi sueños
ni las neuronas de mi voluntad
dictaban sus preceptos.
Estaba feliz,
vivía...
¡por fin!
¡Vivía!
sin ti.

Tuesday, November 22, 2011

Sed

Estaba la sed aguardando a la vuelta de la esquina, era la misma sed del Sahara bajo cuyo lecho de dunas encantadas corren manantiales inalcanzables. Era la sed fabricada por los hombres que resecaban los caminos mutilando y quemando la noche para abrirse paso, la misma sed antigua de las manos extraviadas en el ardor del fuego, la sed eterna que no se sacia, la que no encuentra alivio ni reposo…
La sed, simplemente la sed.

Monday, November 14, 2011

Amiga

Tus pies,
pétalos secos
aguardan la jornada,
el momento supremo
de reiniciar
la marcha

hacia la nada.
Te miro
en la impotencia
con tus pálidos labios
desmayada.
Amiga
que a la espera
del alba,
aletea
sus manos blancas
sobre la sábana
del hospital
donde siempre
acechando
en la sombra,
la muerte
agazapada,

con sus
dispuestas zarpas
en el menor descuido
al cerrar de los párpados
nos gana
la batalla.

Monday, October 03, 2011


El jueves
repararán
con goma
mis meniscos,
mientras tanto,
rota la
rótula seguirá
rótula
hasta que se le quite
la costumbre
de verme cojear
por los rincones.


Firmado:

La pierna

Saturday, October 01, 2011

I





Eras barro,
arcilla entre
mis manos que
te tallaban
y sin yo
darme cuenta
y sin que
lo notara,
te rompiste
en pedazos,
regresaste
a tu lodo
antes de ser
forma sutil,
de ser real,
el ánfora sagrada.
Te quedaste
en el mito
degollado
antes de perecer
en tu origen,
de dejar
de ser nada.

II

He aplazado el encuentro,
los buitres acechan
la tela que descorre su ojo
espera,
conocen el camino
y aguardan
mientras la muerte
llega.

Tuesday, September 27, 2011

Nada poseo


Homenaje a Neruda y
Alejandra Pizarnik

Poseo tu sonrisa
y tu silencio
tus ojos que amo
en mis noches
de duelo.
En las soledades
más amargas,
poseo el fuego
de tu cuerpo
que aparece
obsceno
y me hace daño
en lo más genital
de mi recuerdo
.

Monday, August 29, 2011

La Valla

Desde siempre, desde que no tenía recuerdos y su imaginación no podía traspasar los límites de la montaña que cerraba las nubes, oscureciendo el azul, Juan la soñaba, ella se fue gastando con la lluvia y sus colores diluidos en cientos de atardeceres ya no mostraban la tersura de su piel rosada bajo el pequeño traje en un paisaje de palmeras y sol, y su mano borrosa ya no enseñaba un vaso refrescante con espumosa cerveza, sino que sostenía una caricia congelada que lo persiguió inclemente desde la infancia y hoy le producía escalofrío.
Nadie sabía que Juan se tiraba durante horas y días enteros sobre la hierba para contemplarla, para mirar cada uno de los puntos hermosos de sus ojos perfectos, de su sonrisa insinuante, de sus pechos que le gritaban promesas de amor y sobretodo, de ese pequeño e insignificante paso que obstruía el camino al paraíso en una trusa elástica que se ceñía y se acomodaba a su curva irremediable del miedo de esas nalgas duras entre sus torpes manos que no sabría cómo acariciar o pellizcar o morder, con ese deseo fresco y viejo que se enturbiaba y agudizaba con el paso del tiempo, que subía y bajaba con la luz del cielo y crecía a diario como su propio cuerpo.
-¡Teresaaaa...!
Su nombre era un grito que se atravesaba en la garganta de Juan y se lo inventó en la misa cuando su madre lo llevó para hacer la primera comunión, no recordaba bien si lo escuchó, o si simplemente le llegó intempestivamente al corazón como le llegó ella.
Por eso, el día que quitaron la valla, Juan bramó con la misma fuerza de la vaca cuando perdió su cría y escondido hasta que se le agotó el llanto, después del dolor, corrió decidido a encontrar consuelo en alguna de las mujeres que caminaban solas por el sendero de la iglesia y luego de eso, se aseguró de matarlas cada vez que las quería para que no pudieran irse y dejarlo tan solo como lo dejó su Teresa.

Wednesday, August 24, 2011

Tambores


Quisiera ser tambor
entre febriles manos,
quisiera
que a través de su piel
lleguen sonoros
al receptivo oído
de los vientos
los ecos de
mi voz y mis lamentos
deslizada en los rítmicos
y atávicos
sonidos que superan
el tiempo
y el silencio.

Thursday, August 18, 2011

Ayer

Ayer

“Los otros todos que nosotros somos…”
Octavio Paz

Éramos muchos
y nos fuimos yendo,
a unos se los llevó
la muerte acariciándolos
entre sus garras
a otros los mató
el olvido y la distancia,
se fueron desgranando
con su vida a cuestas
con cada soledad
entre las manos
blandas.
Huyen los ojos
de los ojos
entre los vericuetos
de la vida
entre los andurriales
y las piedras,
entre la contundencia y
las palabras.
Éramos muchos
pero no era nada
ese tumulto
de un ayer lejano,
solo éramos
voces
con altisonancias
tan solo
los reflejos
oníricos de un desvarío
enorme
sobre el agua.
Éramos lluvia
en la piel
ceremonia sagrada
éramos fiesta
y cantar
éramos vida,
pero vino
la realidad
y nos mostró
la cara
y por eso
es que hoy
después de todo,
de sumar y restar
el ayer,
no somos
Nada.

Monday, August 15, 2011

Nacimiento de una luna



Excédete
como se excede el mar
que fragua dentro del agua
alumbramientos
gestando entre la luz
lunas sin tiempo
excédete de amor
como se excede el cielo
cuajando entre su azul
el firmamento
tal como los crepúsculos
hambrientos
se exceden de colores
devorando la luz
-dorado intento-
tragando soles
en la diáfana bóveda,
rayando donde acaba
en horizonte
el camino del viento
y se pierde en la noche
a paso lento.
Excédete en distancia
y en silencio
en muerte
y renaceres
de diáfano esplendor
Excédete de amor.
Haz el intento.

Friday, August 12, 2011


Amarte

Con las manos llenas
y vacías
de amaneceres
y ocasos.
Con los zapatos
grandes
con los pies
atrofiados
de buscar reposo
en la interminable
marcha,
con la vida
y la muerte
de la esperanza,
con aterrado
grito de ausencia
entre los labios...

Te sigo amando.

Tuesday, August 09, 2011

Cuentos infantiles



Nosotros éramos cinco hermanos, pero el día que llegaron esos hombres disparando y mataron a mi papá y a mi mamá como perros rabiosos dejando salpicada su sangre en el rellano de tierra de la entrada, tres de mis hermanitos quedaron debajo de ellos porque corrieron a defenderlos y el pequeñito se colgó de la falda de mi mamá tratando de que no lo dejara solo y así sucedió, no lo dejó solo se lo llevó con ella y mi hermana mayor y yo corrimos a escondernos debajo de la cama, nos miramos sin hablar y entendimos que si nos acercábamos, también quedaríamos ahí con la mirada extraviada, llena de miedo y la sangre saliéndose como si le hubieran quitado la tapa y corriera hacia el bosque sin regreso.
Nos quedamos quietecitos hasta que paramos de oír las voces y las risas, luego nos arrastramos para no hacer ruido y nos acercamos a la puerta de la casa que se mecía con una brisa delicada, ahí mismo los vimos y supimos que no había nadie, mi hermana comenzó a gritar y a llorar encima de todos y pasaba del uno al otro pidiéndoles que contestaran.
-Papacito, papacito mamá ¿por qué no me hablan?
Y recogió al niño del piso y arrancó a correr como una loca con él en los brazos, dando vueltas a la casa como tratando de revivirlo.
-¡Pare ya! le grite,
-no ve que están muertos, todos están muertos, tenemos que abrir un hueco grande para enterrarlos, pero ella no paraba y no dejaba de llorar.
Hacía una música horrible con su llanto que me producía ganas de morirme, de taparme los oídos y salir corriendo para no escucharlos nunca más...
Pasaron muchas horas y no hicimos nada, nos quedamos ahí con nuestros muertos. Nadie vino a visitarnos, nadie volvió a pasar por el camino, nadie nos avisó qué era lo que teníamos que hacer, al otro día fuimos a buscar ayuda a donde el compadre de mi papá y allí no había nadie, sólo unos grandes agujeros en la puerta y un humo que venía desde la parte de atrás, seguimos caminando hasta llegar al pueblo y había hombres con unos fusiles enormes, patrullando y la gente no se veía por ningún lado.
Escondidos detrás de las paredes recorrimos las calles y el pueblo estaba vacío, sonaba el eco de las pisadas de los que caminaban como esperando que alguien apareciera para dispararle. Volvimos a la casa y ya sobrevolaban en circulo muchos chulos negros de esas bandadas que habíamos visto junto al río y comenzaron a bajar y mi hermana y yo con la escoba tratábamos de espantarlos, entonces cogimos la pala y la pica y nos demoramos tres días abriendo el hueco para echar a nuestra familia que ya olía muy mal y había cogido un aspecto que daba miedo. Hasta el niño chiquito que era tan lindo nos producía asco, mi papá no tenía cara y mi mamá por debajo de la cáscara que se le formó, se veía tan triste que cuando la pusimos arrastrándola de los brazos y los pies, nos quedaron unas ganas eternas de llorar.
Por eso mi hermana llora todo el tiempo desde ese día y yo lloro de noche cuando ella se duerme y no me ve en los caminos por donde buscamos un lugar donde reposar, porque no quiero que se le agrande la pena en su corazón.

Sunday, July 31, 2011

Cuento de Noche


Primera Parte
Era impresionante ver reflejado en el espejo amarillento, picado de hongos de vejez, cómo con su propia mano, como un oficio aprendido y sabido desde siempre, se cortaba el cuello con unas tijeras, como si hubiera tomado una tela y desde un extremo la sostuviera para que el filo rodara rasgando sin detenerse, la sangre salía a borbotones y corría por el piso anegándolo todo sin que él intentara un solo movimiento para detenerla, talvez le daba miedo que utilizara las tijeras en su contra y eso le impedía reaccionar.
No había nada qué hacer, cuarenta años de vida compartida manchaban en una interminable corriente que los representaba, las sábanas, las colchas, las almohadas, la lámpara de la mesita de noche, el mueble donde colocaba los libros que leía en las noches en vela y su cuerpo muy blanco y tembloroso que a pesar de todo seguía la tarea que había iniciado.
Las paredes recibían chisguetes que manchaban de rojo la historia y él no había hecho nada para impedirlo o animarlo, sólo atinaba a mirar socarronamente el efecto conseguido con las palabras que pronunció, como solía hacerlo desde la remota época cuando ella le tenía miedo, porque en ese entonces, después de las palabras llegaban los golpes y las escenas de celos y el extraño mundo en el que se vio sumergida de un día para otro, queriendo huir de su mamá que también la golpeaba torpemente.
Todo estaba consumado como en la sentencia del Cesar; alea iacta est, la suerte estaba echada, todo estaba jugado y perdido, hecho, finiquitado, resuelto, sin posibilidades sin retorno.
Los versos y la juventud de ella los unieron, pero ya lo decía el violinista, la gente no es lo que hace, ni se parece a lo que escribe, ni a lo que pinta; ni actúa como lo refleja en el papel o el lienzo o cuando cruza el umbral de su casa. En ese gran maremagnum de frustraciones de amores fallidos, de odios y de intrigas familiares, sociales y accidentales que constituye la vida y en el que cada cual se sumerge y se impregna hasta el alma sin darse cuenta, sin entender cómo; se cuecen por generaciones los mejores monstruos:
Por la madrina bruja, por el padre que se fue, por el que murió, por la tía bondadosa y por la maldita; por la abuela malvada, por la mamá que lo golpeó y lo humilló cuando actuó inocentemente, por los niños que se burlaron de sus gafas, o de su delgadez, o de su nariz; por los adultos que hablaron y que actuaron sin pudor en su presencia, por todo eso que sintió cuando su corazón era una flor sin piel que recibía todos los aires procedentes de todas partes; por todo lo que sabe y por lo que ignora, pero que percibió en cada aliento que le palpitó en la sangre después que lo engendraron, por la espesa masa de sentimientos que no puede discernir y que lo tallan en su más íntimo sentir; lo mismo que a ella. Por el miedo, por la rabia, por las uñas y la crema dental que se comía detrás de las paredes por las monjas por los curas, por los maestros deformes que los persiguieron cobrándoles su defecto, por las culpas que les echaron cuando no sabían defenderse, por toda la carga maldita que se lleva a cuestas, por todos los jorobados y ciegos y malvados, por los hermosos, narcisistas imbéciles; los intocables, los perfectos, los sin mancha, los rectos, los disciplinados, los bellos para concurso de revista estúpida, que los habitan y les retuercen el entendimiento, por todas las injusticias que han padecido y que han presenciado, por los niños sin agua y sin techo, que son expulsados, de los recintos de la televisión donde pretenden distraerse un instante. Por los huesos rotos, por los latigazos por los grandes y los pequeños crímenes que los agobian, por todo eso que va saliendo como en una rueda del infortunio cada vez que se respira. Por las noticias por los torturados, por los quemados con cigarrillo, con gasolina y con ácido por los descuartizados, por los violados y desaparecidos en los caudales de los ríos, hechos trizas y devorados por las aves de rapiña. Por todas las mujeres maltratadas que siguen soportando, engrosando su rencor, para heredarlo por generaciones como un ácido quemante e irremediable que marca a todos los que tienen que subsistir en este inmundo escenario de maldad y mediocridad.
Por aquellos que dizque lo superan y sólo se ven en la tele, los bien portados que sólo existen en la imaginación de los escritores de medio pelo y pelo entero que escriben los libretos y los guiones, exagerando hasta la estupidez para divertir al público mediocre de las telenovelas y las series, mas vendidas.
Por todo eso que ella era y no sabía cómo, por lo que quería ser y qué tampoco sabía cómo conseguir, por lo que quisieron que fuera; por el gusto que le dio a sus enemigos, por el disgusto que le dio a quienes la amaron y dejó plantados, por todos, por los malos y los buenos pasos que dio en el intento que ahora rodaba a chorros, hasta su último estertor cuando se agotaba la sangre y se coagulaba en el piso y ya no había quien la limpiara.
Todos los sueños se escaparon por el enorme agujero y no hubo nadie compartiendo su camino oscuro hacia allá donde todo se difumina en sombra y vómito y se fue quedando tan sola con su dolor, tan sola con su pena, tan sola con su muerte que le tendía la mano huesuda y yerta y se le fueron nublando los ojos y los caminos y no escuchaba la voz que la obligó a renunciar a los afectos, a la felicidad de los instantes y a las montañas verde azuladas que ahora se presentaban nubladas con un frío de noche de ríos desbordados y de derrumbes atroces con mil gritos enredados en la caída de sus enormes faldas sobre todos los que huían apresurados antes de ser aplastados por las piedras y arrastrados por el lodazal interminable...


Midaz 2011

Wednesday, July 27, 2011

Fotografía

Me gusta como acicalas
tu desnudez,
las formas que adivino
entre las sombras,
el ardor que juguetea
escondido más allá
de la fotografía
las partes que nombras
y no nombras.
Imagino el contacto,
la hecatombe
de pieles.
Me gusta la fiereza
de tus palabras breves
el desafío
de los labios
dispuestos
el reto
de cruzarnos
o el de jamás
superar las
expectativas
del encuentro...

Bis


Te amo
lo sabes,
así,
tendido,
endemoniado,
clavando tus dedos
como raíces
en lo profundo del deseo,
tensando la cuerda
hasta que vibra
y deja de vibrar
o hasta que vibra
imperceptible
para los demás
y permanece
sonando en lo más sensible
de mis oídos enfebrecidos,
te amo y me basta
para ser feliz
en el anonimato
o en la desfachatez,
para no querer
más que tu nombre,
tus palabras ocasionales
y tu pasión permanente
en cualquier parte
en cualquier cuerpo
en cualquier playa
con los pasos que llegan
o se marchan,
no importa,
igualmente se borrará
tu paso de aire,
el mar
se llevará la huella
en cada ola
y yo seguiré
la vida
bajo el sol
radiante.

Thursday, July 07, 2011

Nada

Somos un mal daguerrotipo
comido de polilla
sin rasgos que se trague
el tiempo.
Pálidas sombras
de deseos rotos
nada en la nada
de un dolor profundo.
Somos remedos,
malas copias turbias,
aguas oscuras,
gritos en el viento
jirones,
lienzos rotos
papeles desgastados,
malinterpretadas
historias que se olvidan.
Somos
inexistentes
malos sueños
truncos
seguimos siendo
como en un principio
burdo,
arrogantes
sin razón,
nada en la nada
de la nada...
Nada.
.

Wednesday, July 06, 2011

Thursday, June 09, 2011

Nano Pesadilla


en lo que sabemos, que es nada, la esperanza en lo que no sabemos, que es todo.

A la memoria de José Alvarez

Toda desesperanza no es más que un dolor
que ha reprimido su ira.

Anoche me soñé nano-convertido y vigilado...
cámaras por doquier.
Soñaba yo el siglo XXI y olía a litio.
Me soñé lleno de censores y censurado.
Un tornado de fuego
se llevaba con rabia a un amigo...
Vaya, amigo, salvajemente salvado.
Anoche me soñé legaña.
Mi alma agonizaba al borde de una pantalla
y mi esqueleto estaba habitado
por termes roedores del plástico.
Oh, Dios, cuánta desdicha.
Anoche se me extraviaron
los poemas de Oliverio Girondo
ante la vigencia de lo impuesto,
y la sonrisa de aquella primera virgen
se encarnaba en el membrete virtual.
Anoche mi fe yacía al pie de un ordenador de 2027.
Anoche la lluvia seguía ausente.
El verde andaba de luto mientras
yo me consumía en el entusiasmo.
Anoche me soñaba valiente y avergonzado.
La muerte me abandonaba
y el hastío se disfrazaba de vida.
Anoche ella se masturbaba a lo lejos...
en tanto mis manos de plastilina
se deshacían ante el fuego del artificio.

Anoche me soñé ruido.


Alexis Figueredo

Saturday, June 04, 2011

Anemoi Άνεμοι






Para JOAS

La tarde se hizo noche de repente
y regresó en doble arco iris...

No escuchas el macabro rugido
de la lluvia
que corre desbordada
no ves oscurecerse el cielo,
ni te inmuta el lejano
sonido de los truenos
con su luz refulgente
penetrando,
la repentina sombra,
despiadada,
no presientes
que la tapa del odre mitológico
está siendo develada
que se escapan los dioses
del destino,
que el monstruo apocalíptico
de las predicciones,
ya viene cabalgando
certero
sobre el lomo del viento
a fracturar tu risa y
tu palabra.

Estás absorto…
meditando, vas entrando
-senderos bifurcados-
levitando en el sueño
alucinado
Unos pitos extraños
pululan a lo lejos
perturbando el silencio
milenario
la calma de tu almohada
y de pronto el estruendo,
la furia desatada
removiendo las piedras
las murallas
miles de ecos
y voces
de gritos
y estridencias
delante de tu noche
en instantes
fabricada
y un sonoro lamento
rompiendo los cristales
del borde de tu cama
y el agua,
la de siempre,
el agua primigenia,
en ráfagas
golpeando
contra el muro,
de prisa
apurando el encuentro
desbocada.
El viento desgarrando
con un zumbido fiero
la paz de tu ascética
morada
trizándola en pedazos
y en noche derramada

El cielo se aparece,
así de pronto
encima de tu cara,
el mundo dando vueltas
en tu mano crispada,
las cuerdas de la noche
sonando destempladas,
reventando el oído
y las aldabas
arrancadas de cuajo
en la ventana.

No hay tiempo
todo gira,
flotas en espiral
hacia la nada,
se diluye sin forma,
como en un cuento breve
tu mirada,
se desdibuja el rostro
se apagan los poemas
que cantabas.

Polvo en el polvo,
hoy retornas en lluvia
y en lágrimas saladas,
en aire tibio y tenue
que acaricia esta tarde
en ceremonia doliente
las calles, los amigos,
los árboles,
el corazón herido
de aquellos
que dejaste,
de aquellos
que te extrañan
de aquellos
que tú amabas...

.

Saturday, May 07, 2011

El reino de Mackandal





Para JBC

Mackandal es el personaje que mejor reúne lo real maravilloso de la literatura de Carpentier. Es fantástico, poético, mágico; es exuberante, endemoniado: es el Mandinga. El dulce veneno salvador de un pueblo que aún lo mantiene vivo en sus cantos ceremoniales de Vodú.
Es síntesis del caudal mítico, la mariposa subversiva en sus transformaciones. Es ave y reptil, venado, iguana, perro y alcatraz, pero ante todo es líder, sus poderes mágicos están en el fuego de su mirada, en la levedad de su cintura, en su tono de voz grave y sordo que hechiza a las mujeres; en su extraordinaria capacidad narrativa que encanta a quienes lo escuchan, y sobre todo, está en sus muecas terribles cuando caracteriza monstruos que aterran a quienes lo observan.
Mackandal es todo eso y mucho más porque representa la fe de sus contemporáneos, fe que trasciende lo real y contribuye como aliento de una sublevación formidable. Mackandal es un acto de amor que lo salva del fuego ante la mirada de quienes lo ven escabullirse hecho ave manca y los otros que lo sienten arder en las llamas, ahogando su último gemido.
Es necesario creer para salvarse, y Mackandal se repite en nuestra América Latina, se sigue transformando en todos los que creen que es posible un nuevo día y que se pueden superar las hogueras de la infamia con los actos de fe mágicos que nos dicen que el reino de Mackandal sí es de este mundo.

Thursday, May 05, 2011

Cuentos chinos


Obra de Agustin Alvarez

Comedia en un acto

El ilustre y estoico profesor salió en busca del Tao que es el camino de la iluminación, su primer impulso, naturalmente fue caminar hacia oriente pues vivía en occidente, él sabía que aunque se perdiera, perderse también es un camino y continuó su marcha, interrumpida porque la ciudad estaba en construcción y el caos imperante lo hizo reflexionar. Conversó rigurosamente con una amiga que le estuvo hablando del mandala que es el circulo donde se concentra toda la energía para la meditación, el camino de energía que conduce a la unidad del ser y todos esos temas profundos y filosóficos, cuando fue descubierto por su mujer y aunque él tuvo intenciones de 'mandala' a freír espárragos, se abstuvo, quiso claudicar en su búsqueda, pero su corazón aventurero y la experiencia de su mejor amigo en esos territorios de ojos rasgados se lo impidieron, se puso a imaginar la forma de satisfacer sus impulsos y recordó que un tiempo atrás había conseguido sus propósitos, coronando como princesa inca a una nena del altiplano cundiboyacense, en una transposición territorial que ahora le caería muy bien y decidió repetir la experiencia. Entonces deshizo lo andado, regresó a su vecindario y llegó hasta la casa de una de sus pretendidas, la puerta se abrió y allí en el marco, iluminada por el sol del medio día, apareció la nena con su roja cabellera de dragón que lanzó una bocanada de fuego sobre su profesor que apenas podía mantenerse en pie ante tal visión. Entonces él, reteniendo el aire e impostando la voz en su mejor tono, le dijo:
¡Hola mi china! ¿Cómo has es TAO?

Tuesday, April 05, 2011

Aves




El angeo de la ventana sucumbió ante el embate del cuerpo del ave que lo atravesó segura, como si ya conociera la elasticidad del ojo que cedería a la fuerza de su pico y como si sus garras presintieran la textura de la garganta traspasada de la mujer que plácidamente reposaba entre su blanca cama.

Sunday, March 06, 2011

Miradas




Cuando la ciudad muere
en la pupila del gato
en la mia está amaneciendo.

Friday, February 18, 2011

Puedes retenerme
con el destello
verdeazulado de tu mirada,
con la incertidumbre
de quien busca algo mejor,
con el amarillo
de los sueños del atardecer
sin pétalos que lo adornen,
con tu pisada dura
contra la injusticia
con tus poemas ebrios de ensueño,
con la fuerza de tu mano
que se debilita en la caricia
de mi pecho desnudo.
Puedes retenerme con tu cuerpo,
con la arrogancia de tu sexo
en acecho de mi sexo
con tu piel abrigando
mis hombros extraviados,
con tu compañía.
Puedes retenerme con tan poco
como un te quiero
en la soledad,
con tu empecinada
lucha que no claudica
ni se vende,
no tienes que esforzarte.
Puedes retenerme con tan poco
como seguir siendo
el de ayer,
el de siempre,
el que cambia
el que serás
donde camines
donde sueñes
donde quiera
que te encuentres

Sunday, February 13, 2011

Sueños

Pesaban como piedras en esta noche de angustia solitaria y había que transportarlas a cuestas por un largo camino sin descanso a pesar de los vericuetos y de las altas cimas, no era posible librarse de ellas ni dejarlas a un lado para descansar, porque inclementes se aferraban a mi cuerpo sin darme respiro ni tregua.
Creo que esta historia comenzó en la más tierna infancia y que todos a mi alrededor, se encargaron de dármelas sin medida, inicialmente me gustaba acumularlas y acariciarlas como un nuevo juguete, les acomodaba el pelo, les inventaba vestiditos y las sacaba a caminar con paso torpe por los alrededores de mi patio, ellas se trepaban por las enredaderas y el rosal amarillo tratando de escaparse y hube de espinarme los brazos para impedir semejante desafuero. Otras veces se metían en la tina conmigo chapaleando en el agua y creando un enorme desorden que luego no me ayudaban a arreglar, eran díscolas y ágiles se colocaban en todos los estantes de la casa y desde allá me lanzaban carcajadas a la cara, burlándose de mi angustia por no saber retenerlas disciplinadas junto a mí, trepaban las ventanas y hacían nudos en las cortinas, se deslizaban por el pasamanos de la escalera y siempre bulliciosas no me daban reposo, muchas veces se pusieron obscenas e inadecuadas pero yo las dejaba para seguirles el juego, ellas habían resuelto enloquecerme y yo disimulaba pretendiendo no conocer sus intenciones. Cómo me hacían sufrir con su descaro, ya en mi adolescencia se asomaban en mis más íntimos momentos amenazando con dañarme la concentración en mis solemnes actos y en mis oraciones, se colaban por los tejidos y las nervaduras de mis mejores trabajos dándoles toques de desfachatez, grosería y rebeldía incontrolables. Algunas veces también llegaron en los grandes momentos con sus mejores galas dándole realce a mis proyectos con su elocuente sonrisa. Vivían y dormían conmigo y se transformaban de acuerdo a la ocasión portándose tontas, lloronas inadecuadas, necias y por qué no, serias, oportunas, regias, lúcidas, sumisas o destempladas, nunca se sabía con qué actitud iban a aparecer en mi escenario; yo les temía por la incertidumbre en que me mantenían cuando hacían su aparición o cuando simplemente desaparecían sin previo aviso.
No niego que las busqué cuando en algunas ocasiones intentaron abandonarme y que las llamé desesperadamente para que me siguieran divirtiendo y avergonzando; para que le dieran lustre a mis conversaciones, y que las invoqué desesperadamente en mi adultez cuando definitivamente querían escapar con los niños que estaban naciendo porque ellas se mantenían sin edad, frescas y dispuestas a adornar o a malograr la vida de los otros. ¡Pobrecitas!, ahora las cargo como un fardo sobre mi espalda encorvada sin saber qué hacer con ellas, ahora que han perdido su brillo y su capacidad de significado, ahora cuando adheridas como lapas unas a otras, son solo muñones desarticulados, sin sentido, ahora cuando prisioneras, se acumulan encerradas en este bulto de la memoria que me aplasta y no me deja caminar el último sendero empinado hacia lo desconocido, porque he olvidado para qué sirven y cómo se utilizan en esta pesadilla sin fin, en este sueño sin nombre, las palabras.
Para Mañita una niña vieja que olvido cómo pronunciarlas.

Tuesday, February 08, 2011

Cuentos breves


El Crucifijo de plata.

Honorio tomó en sus manos el crucifijo de plata que minutos antes había tomado de la casa de su madre, y en el tono solemne que lo caracterizaba, espetó su sentencia: ¡Si Judas te vendió… yo te voy a empeñar! Acto seguido lo colocó en su mochila y se dirigió a la prendería del pueblo.

Ladrones

Mientras un hombre
es condenado
por robar libros.
Los asesinos
se aposentan
en las mullidas sillas de
los diputados.
El hombre lee en la cárcel
purgando su sentencia
y los diputados
contribuyen con su sabiduría
a elaborar las leyes
de la república

Sunday, February 06, 2011

Cuento de domingo


Ellos.

Ella lo miró pasar con su mochila y con sus instrumentos musicales que le produjeron una morbosa curiosidad de aprendiz, y lo siguió mirando hasta que él cambio la dirección de su mirada absorta en las montañas lejanas y la encontró con su fingida sonrisa, esperando aquel gesto que la llevara a la realidad del músico. Así pasó.
Se siguieron cruzando varios días que ella adornó con hojas amarillas enredadas en los cabellos sueltos, hasta que decidieron vivir juntos. Él, la enseñó a soplar algunas notas y le engendró un hijo. Compró una cama y bajo ella guardaba las melodías andinas con maniática meticulosidad. La nombró princesa de su reino ignoto y de la luminosidad perdida en los vericuetos del sendero empolvado por siglos de abandono y enterrado bajo nubes de polvo y tiempo. Llevaban una vida sin prisa y él adoraba la cama guardiana de sus gaitas. Ella, con la curiosidad satisfecha, conocedora ahora del origen de las notas y roto el mito del muchacho exótico, se aburría del lamento incaico. Le molestaba el hecho de que al cerrar la puerta, la revisara dos veces para asegurarse que estaba bien cerrada y para que ella no lo creyera un maniático, cuando su intención era hacerlo cinco o diez veces.
Ella vestida con sus largas faldas, decidió incursionar en otros mundos y trasladó por unos días su reino hasta donde un viejo profesor que estimulaba su vanidad y la presentaba como la descubridora de los ecos de los Andes y el folclor costeño. El juego no le duró, porque el músico, compulsivamente cuidadoso de sus pertenecías entre las que la contaba como su mayor tesoro, comenzó a sospechar e intento llevarla lejos del lugar. El viejo profesor todo lo soportaba con estoica resignación y le ofrecía otro imperio que en su memoria decadente confundía y creyendo que así era el nombre de la diosa que quería darle; la llamaba Tiuantinsuyu*, tratando de aproximarse a los delirios juveniles de ella. Hasta que otro día, se cruzó un joven nórdico en el camino de los tres. Ella entonces, violentó la puerta y sus cerrojos, se robó la cama, se llevó al hijo y se fue con su música a otra parte.

* Tahuantinsuyo: Imperio inca, el imperio de los cuatro puntos cardinales.

Saturday, February 05, 2011

Nosotros,
pobres hombres,
erigimos bestiales,
monumentos,
viajamos a la luna,
escarbamos el sol,
desafiamos el átomo,
exterminamos ciudades,
nos engrandecemos
frente al viento
y creamos cohetes
manejamos el fuego 

como vestales nuevas 
con sus oficios viejos.
Quemamos las angustias
en las inmensas torres
de aquel templo magnifico
que un día
sin excepción,
todos nosotros;
le construimos al ego.
Explicamos con fórmulas
la noche,
el amor,
los deseos.
Enfrentamos el miedo
consumimos 

enfermos,
devoramos,
soñamos trascendencia
pretendemos amar
y ser amados
conocer y retar
-pobres y necios- 

desafiando arrogantes,
suprema ingenuidad, 

a la licuefacción 
del universo…

Monday, January 17, 2011

He regresado ayer
a la calle pequeña
(la calle de película)
a la calle de Jones
y estaba abandonada
Tu patio estaba triste
los árboles cansados.
Volví para recoger
aquellos besos,
nuestra primera vez
la desmesura,
del cuerpo sin cubrir
-deseo con el filo desnudado-
el tatuaje en el pecho,
nuevas notas,
de amor
los ojos asombrados
He tornado al palacio
estaba solo
el senderito
que emergía de pronto,
desde atrás en el bosque
presintiendo tu ausencia
acobardado.
Buscaba en la espesura
bajo la copa
de aquel sombrero
chino
miradas adoradas
buscaba el ritmo
de tu pedaleo
bajo el azul inmenso,
acompasado
sólo encontré la brisa
llevándose las hojas
como irremediable símbolo
hacia un destino incierto
desgajadas.

Monday, January 03, 2011

Desde mi ventana

Desde mi ventana veo la vida transcurrir, algunas veces sin poder hacer nada para impedir los acontecimientos que mal me afectan, otras la contemplo impávida y algunas otras participo, se participa también con el silencio. Cuando lo hago, pretendo mantenerme en la sombra pues mi timidez rehuye la demás gente que cuando se dirige a mí, me pone en el apuro de una respuesta que generalmente no tengo, la vida me llega así, tal como sucede, sin explicaciones porque creo que los hechos en sí, las traen implícitas y me parece necedad repetir lo obvio, los hechos son consecuencia del ayer y el ayer ya lo vivimos.
Tengo una ventana más física desde donde miro el atardecer y los fuegos artificiales cuando la gente decide celebrar una libertad que no se explican, lo hago desde allí para que no me afecten los humos de la pólvora, que siempre me recuerda los muertos que seguramente no alcanzan a aspirar el olor de la bala que los mata, pues el olor les queda dentro. Calles y construcciones para el divertimento que albergan seres que se pasan la vida decorando su entorno en un afán por pelear contra el paso del tiempo que destruye las cercas, hace crecer la yerba y los amenaza con tragarse los bordes de los andenes que con diligencia cortan cada quince días. Estas personas también luchan contra los vientos huracanados que se llevan en un parpadeo, los salarios invertidos en el embellecimiento pasajero, tanto o más pasajero que la furia que arranca de raíz los árboles y se lleva entre el vientre rebelde todo lo que encuentra a su paso, esto por fortuna sólo ocurre de vez en cuando.
Lo único que me reconforta, es el crepúsculo invariablemente colorido en sus combinaciones de naranja, rojo y morado que detrás de una torre con reloj se me cuela por la ventana fingiendo un incendio vespertino que me abrasa el sentimiento de nostalgia por la partida inexorable de la luz del día, pero que me alegra presagiando las noches de luna llena cuando ella atrevida “importuna” como en la canción de la china, se cuela por mi ventana para iluminar mis sueños más recónditos y guardados.
Esa ventana detrás de mi cama, es en pequeña escala la muestra de los acontecimientos de la ventana mayor, más allá de nuestra mirada, acontecimientos que deciden la vida y el destino de cada uno de nosotros, pobres mortales que miramos sin ver y no podemos impedir las guerras ni los grandes negociados que nos suben y nos bajan en un vaivén macabro que nos manipula como marionetas, tirándonos y levantándonos. Nos engatusan con definiciones pero seguimos siendo unos ilusos mirando desde nuestra ventana un transcurrir ajeno a nosotros, a nuestro sentir y contra el cual no podemos hacer nada diferente de seguir mirándolo y soñando la idea de ser parte integral de la historia y sus acontecimientos.

Saturday, January 01, 2011

Today’s Song

I Love my Familiy

Tis the love we give,
fala la la la la la
We all give and share
Fala la la la la la
We give thank to all
Fala la la la la la
We thank for the great
things we have
Fala la la la la la
We thank for the food
we have
Fala la la la la la
Fala la la la la la
Fala la la la la la.


Victoria Veronika Miranda
Seven years old.

Midnigth of December 31 2010

La Fiesta de la Friducha

Aniversario

 Un día, otro de tantos, fue una fuga audaz... Cincuenta y dos años no son nada, es posible que sean una vida que se reproduce en cuatro, oc...