Friday, July 31, 2009

Debimos ser tan leves en el tiempo
Imperceptibles partículas en vaivén perpetuo
Para que no nos alcancen los recuerdos ajenos
Para que no nos baste con los nuestros.
Talvez sólo eso fuimos
El leve resplandor de algún cometa muerto
Iluminando instantes de silencio.
La fugaz certidumbre de un encuentro
Polvo lunar de algún reflejo etéreo
La breve vida de la mariposa al viento
Lágrimas de cristal lluvia y lamento
Mil hojitas de azahar volando lento.
Después de la precariedad
de un día cualquiera,
atenaza a las horas
la fatiga de ser
la simple brizna
con la que juega el viento
la certeza del tedio contenido
en cada amanecer.
Las noticias, la radio
nos confirman el balance
fatal de ser lo mismo
de seguir atrapados
a pesar del intento
de soñar ser eternos.
No estaba nada dicho
Las palabras atadas esperaban
su tiempo
agazapadas en lo más oscuro del silencio.

Deseo

Quiero hundir mi cabeza
entre tus manantiales tibios
Saborear gota a gota tus delicias,
beber hasta el cansancio
sin saciar mi sed de ti
los aromas eternos
venidos desde adentro en contubernio
entre cuerpo y placer, sabor perfecto,
equilibrio sin par de dos deseos
que se enfrentan sin fin desde el comienzo
de los tiempos.

Thursday, July 30, 2009

Poemas del insomnio


Uno.
La noche huele a amores fracasados
que cumplen el ritual
y las imposiciones,
repetida ceremonia maquillada
de palabras trasnochadas y tristes
que en el fondo ocultan el dolor
de las obligaciones por cumplir,
besos practicados para el momento indicado
de la necesidad.
Marioneta de oficio
la realidad es un vacío permanente
y el recuerdo es otro vacío sin posibilidades en el tiempo
por llegar.
Mientras tanto la sabiduría reposa en los anaqueles,
viejos libros empolvados que nadie leerá
porque la vida les pasó de largo
y los sumió como al amor en el olvido.

Wednesday, July 29, 2009

Quemando las naves




Volver hacia atrás es un ejercicio masoquista un retroceso inminente a todo lo superado, mirar hacia atrás es restar, tratando de encontrar el tiempo pasado que dicen que fue mejor, sin entender que la vida son fragmentos, momentos; que nada es mejor ni peor sino instantes irrepetibles que luego evocamos para conservar algo de la felicidad que nos proporcionaron y que no supimos reconocer al vivirla.

Recorro desde mis febriles catorce años, la adolescencia apresurada de la vieja canción, porque esos fugaces momentos de la adolescencia pesan en el corazón que los conserva intactos con todos los olores y sabores, con los estremecimientos y los fervores. En esos tiempos nuevos, ignorarlo todo e irlo descubriendo con asombro al paso de los acontecimientos es la felicidad, lo que nos declara vivos y nos dicta lo que haremos después.

Ahora todo está dicho y lo nuevo ya no nos asombra porque siempre le descubrimos aquel tufillo anacrónico, aquello a lo que ya le dimos mil vueltas en el carrusel que representa la vida. Si tú vivieras mirarías cómo todos los acontecimientos giran sobre su eje cumpliendo a cabalidad con el mito del eterno retorno, continúan los mismos con las mismas, más viejos y resabiados, ni siquiera perfeccionan sino que repiten una y otra vez los mismos esquemas, se turnan, utilizan el mismo lenguaje y las mismas estrategias que de tan usadas producen asco. Han sofisticado los métodos de limpiar el camino, han creado nuevos ejércitos y nuevas tácticas, pero continúan siendo los mismos tras sus renovadas máscaras. Extienden su poder, negocian y se venden al mejor postor que casi siempre es el mismo de la mano larga, acumulan terreno y objetos para diferenciarse y para sentirse mejor, pero no lo consiguen, lo que pasa es que se toman mucho tiempo en comprenderlo, el tiempo de las generaciones que les siguieron. Han acelerado la miseria y la corrupción que ya no consigue cómo cubrirse por que ahora alguna gente ha aprendido a distinguir y sabe que no todo lo que brilla es oro, que existen imitaciones burdas de lo bello y que la realidad es de plástico recubierto con colores llamativos. No todos lo saben, muchos caen en la trampa pereciendo bajo los resplandores y consumidos en el estiércol de esta sociedad que devora a sus víctimas sin darles oportunidad y nosotros que quemamos las naves del retorno a lo que nos fue querido, a nuestra Itaca, sagrada ciudad canalla, contemplamos impávidos el desastre sin saber si es el final o si solo es el comienzo del nuevo ciclo de errores compartidos y repetidos hasta el infinito.





Tuesday, July 21, 2009


Tengo miedo a despertar de este delirio donde estás sonriente...

Friday, July 10, 2009

Cápsulas degeneradas

AGUA
Caminé hacia el baño plena de grandes ideas que se escaparon por la ruta del agua, hacia el torrente multitudinario del barrio, de la ciudad, del mundo. El agua universal que fluye y se devuelve cargada de excrementos y de residuos, de medicina, locura y sangre camuflada entre cristales de roca, con bordes dorados sobre impecables y almidonados manteles blancos o en botellitas que luego atragantarán a los delfines.
¡Agua subversiva!

CARNE
Nos alimentamos de la angustia de la muerte de las vacas, del grito del último pasillo del matadero, de la inflamación lograda de los pollitos que ya no dicen ni pío, del horror de los cerdos perseguidos para la estocada final y terminamos en la vaca loca. Luego las exquisitas cenas, los elaborados manjares, correrán junto a los panes de la pobreza por las alcantarillas rumbo al mar y a los acueductos para ser purificados y re-engullidos como una sola gota por todos los paladares, sofisticados y corrientes.

FIN

En una sola hora pueden alinearse los planetas y desbordarse los mares y toda la lujuria inundada no palpitará al roce de una mano que se pose en la flor bajo mi falda levantada.
Penetrarán estrellas con espadas atroces los lagos de la noche y cantarán los himnos de voces atrapadas, la macabra leyenda apocalíptica de los astros conspirando en el cosmos contra nosotros.

Sunday, July 05, 2009

No Somos Nada (Uno)

Somos tan insignificantes flaco, no importa si nos esforzamos por aparecer en todas partes, por querer manejar a todas las personas que nos rodean, bajo todas las circunstancias. No importa si queremos ser el centro del mundo, la novia en la boda, la quinceañera en la fiesta, el comandante en el movimiento, el candidato en la elección. No importa amigo, si todos sabemos que no somos nada, somos menos que la explosión de la avioneta roja después del cañonazo; menos que la bomba con la que pretendieron borrarnos de la faz de la tierra, somos menos que el fuego que nos consumirá hasta calcinarnos, menos que los gusanos que nos devorarán, menos que la luz que nos enceguecerá. No somos nada compita, somos algo menores a la huella de un insecto en la sucia puerta de un burdel (hay hermosísimas y limpias puertas de burdel). Somos mucho menos que el polvo en la ceguedad del aquilón, como dijo el poeta, menos que todas las expresiones y los sentimientos perdidos en el olvido, en el silencio y en el anaquel de los recuerdos, o sea, menos de lo que no se ha dicho, ni se dirá. Menos que los gritos congelados en las montañas, menos que los cadáveres insepultos, mucho menos que los escritores y las cucarachas; mucho menos que el amor y que el odio, que tampoco prevalecerán cuando todo sea nada y cuando el big bang cese en el infinito, por un estruendo mayor que lo apagará para los oídos de los científicos y para la sordera de los demás mortales.
No somos nada y sin embargo queremos ser todo, que nos amen como a ningún otro, que nos tengan en la cuenta de los favores y los honores, en la lista de los invitados o cuando menos en la mira de los perseguidores, para aparecer en los diarios de la ciudad, del país y del mundo, como las víctimas enaltecidas.
Nos seguiremos estirando la piel, nos aspiraremos la grasa de las entrañas, nos fabricaremos las largas uñas y los senos, las nalgas y la nariz; seguiremos camuflando la vejez bajo galones de tintes y cremas mágicas, nos maquillaremos los labios y los ojos (ni una pestaña en desorden), para ser los más lindos, los más importantes, los mejores, aquellos mencionados por los notables y por los vulgares, aquellos que siempre están en todas partes.
Pero no importa lo que hagamos ni cómo lo hagamos, no llegaremos, no superaremos los terremotos ni el desastre final, no trascenderemos el apocalipsis de los hombres ni de los montes. No seremos cauce en los ríos ni fiesta en la lava de los volcanes, no subiremos al cielo ni descenderemos al infierno cuando los demonios se desboquen en la lucha con los dioses, que no nos protegerán cuando la bestia que nos habita se confunda con la bestia de los demás y sean una sola fuerza que también se perderá en los huecos negros del olvido y el desastre que dará origen a otros que igual que nosotros buscarán la notoriedad en una desportilladura del tiempo.

La Fiesta de la Friducha

Aniversario

 Un día, otro de tantos, fue una fuga audaz... Cincuenta y dos años no son nada, es posible que sean una vida que se reproduce en cuatro, oc...