De monjas y de putas
(Cuentos breves)
Cuenta la leyenda que una de las 500 monjas que satisfizo el general Miranda en un convento de Sevilla, llevaba un repetido apellido y que tuvo que soportar la misoginia de su propia descendencia.
Dos
No oséis llamarme puta decía sor Vivianita mirando hacia el cielo, eso sí, se echaba la bendición mientras pronunciaba la prohibida palabra. La otra mano estaba frenéticamente ocupada bajo los estertores de la húmeda y cálida sotana.
Tres
Homenaje a Djuna y a William Blake
Sor Vivianita teme, se hunde porque ella como el tigre, es fuego en el bosque de la noche y allí va para purgar sus culpas, sabe que en estos territorios jamás será nombrada puta, cuida a sus compañeras como a ella misma, se solaza en la poética de los cuerpos que ama, conoce a dónde conduce cada huella y se ahoga de placer en el deleite de la perfecta simetría.
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