Ahora, no queda
nada por decir
la voz se ha silenciado
ya no se oye la risa
después de la derrota
y los pies no resuenan
en el patio
con el sonido hueco
de los pasos.
Nadie te vio partir
se apagaron las luces
y tu mano
descolgada
en el tiempo
nos dejó su pena
sollozando.
No queda un todavía,
ni un rumor de palabras
que como lluvia vana
golpee en las ventanas
para seguir rodando
sin sentido ni rumbo
entre la noche larga
de tu llanto muerto.
No comments:
Post a Comment