Lapsus
Después del crimen, el hombre levantó su pistola humeante intentando soplar el cañón como acostumbraba, en su sórdida emoción, al tiempo que lo hacía sufrió un lapsus, oprimió el gatillo y se disparó en la cara.
Gallera
El animal sacudió la pata que acababa de ser liberada cuando el hombre terminó de pulir sus espuelas para la pelea y de asegurar el afilado cuchillo que dejó un charco de sangre en la arena y una herida mortal en su cuello de entrenador.
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