Buscarán las palabras
entre vasijas viejas
entre las bolsas de regalo
con toques de oro y plata
arañarán paredes
más allá de la
descascarada cal
buscando
se morderán las uñas
y gastarán sus suelas
escalando
en busca del poema
que ha huido sin remedio.
No existe en
los raídos cajones
de la estancia
ni cuelga de los clavos
en las viejas
cocinas de carbón
no vive entre los patios
floridos de arcaicas
remembranzas
de las abuelas muertas
no llega en el aroma
de los naranjos viejos
que han dejado
de florecer
ni con el viento tibio
que sopla tempestades
no llega
no aparece
no flota
entre los árboles
ni juega
entre las aguas
que llenan las ciudades
de gritos y de ausencias
mientras las niñas sueñan y los hombres planean
y las niñas se adornan
los brazos y garganta
y el poema se aburre
y desguaza sus alas
donde nadie lo busca
ni lo llama.