Thursday, September 23, 2021

Delirio senil


Caminando entre el vapor del recinto con una toalla atada a la cintura, mientras desahogaba los poros de su cansado cuerpo, oyó la voz infantil, las letras de su nombre que alguien pronunció; sintió el roce de su mano al pasar a su lado como una ráfaga de viento, y la sutil tibieza de su aliento; sintió que esa piel lo llamaba a gritos, vio sus ojos de agua y sus cabellos y ya no pudo librarse de esa imagen que se le aferraba lasciva a la memoria con la fuerza de un fauno, un sátiro brutal tras su presa en celo.

Perdió la calma y entre su cabeza se reprodujo una y otra vez el grito de ese nombre, la caída sensual de cada bucle dorado de aquel niño extraviado en medio de la peste y del calor. 

Lo buscaba a diario en los amorcillos de la iglesia, en los sueños de los insoportables y nebulosos atardeceres y en el desvelo de cada amanecer. Lo buscaba extendiendo las manos, avanzando sin rumbo entre todos los nombres y entre todos los ojos y en los pequeños labios sonrosados de la humedad de su recuerdo, mientras daba sus últimos pasos hacia el precipicio que superaba su afán y su delirio. 

Lo buscó hasta el agotamiento y el sopor de su cerebro ardiente y lo halló en la perfección de las regurgitaciones de su postrer sueño de esteta alucinado, jadeando de placer y muerte en la febril caída hacia un estallido de estrellas, flotando en el infinito sin fondo y sin comienzo.

 

Midaz. 

Monday, September 13, 2021

Poemita

 No porque

no me veas

dejo de estar aquí,

recuerda que 

la permanencia 

es imperceptible

y yo habito los ojos 

que te miran

en el espejo de tu alcoba.

Habito

en las paredes 

de tu carne

la interminable 

mentira

que te cuentas a diario 

cuando me piensas muerto.



Monday, September 06, 2021

Yasco

 


Cuando ya 

no conjugue en presente,

cuando no pueda decir;

aquí yasco impasible,

completa 

con mis amores, 

y mis desventajas 

que son lo mismo, 

con mis miedos

con mis penas 

y mis flaquezas; 

con mis constantes 

actos de fe, de locura

o de incredulidad, 

con mis miserias 

y mis grandezas. 

Cuando ya 

no pronuncie 

el aquí yasco 

impotente 

con mis muertos 

y mis resabios 

con toda mi historia inútil

porque me cansé 

de la vida, 

porque mis pies 

no responden 

porque me ganaron 

tristeza u olvido,

porque ciega 

en mi noche 

no conozco 

el camino... 

¿qué dirán de mí? 

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