Te miramos partir
como si nada
aguardando el regreso
pero
te estabas yendo
sin palabras
apoyando tu paso
con esfuerzo
no lo intuimos
lo supimos después
cuando tu genio
tu locura de amor
se fue extinguiendo
era un camino necio
turbio y
amargo como bilis
era un duro trayecto
dolores reprimidos
ebrias lágrimas
retrasadas
que otorgó la vida
señuelo hambriento
Caronte te aguardaba
con su nave
la noche te cubrió
con una nube larga
atrapó tu garganta
tumbó tu cuerpo
sin lluvia
en un agujero
terco
inexpugnable
de pasos sin regreso
te dijimos adiós
sin levantar la mano
sin resonar arpegios
sin versos
sin lamentos
ingresabas por fin
a conocerlo
al que te obsesionó
y acompañó tus noches
tus delirios
tus desvelos
el subterráneo
mundo de los muertos.