
en lo que sabemos, que es nada, la esperanza en lo que no sabemos, que es todo.
A la memoria de José Alvarez
Toda desesperanza no es más que un dolor
que ha reprimido su ira.
Anoche me soñé nano-convertido y vigilado...
cámaras por doquier.
Soñaba yo el siglo XXI y olía a litio.
Me soñé lleno de censores y censurado.
Un tornado de fuego
se llevaba con rabia a un amigo...
Vaya, amigo, salvajemente salvado.
Anoche me soñé legaña.
Mi alma agonizaba al borde de una pantalla
y mi esqueleto estaba habitado
por termes roedores del plástico.
Oh, Dios, cuánta desdicha.
Anoche se me extraviaron
los poemas de Oliverio Girondo
ante la vigencia de lo impuesto,
y la sonrisa de aquella primera virgen
se encarnaba en el membrete virtual.
Anoche mi fe yacía al pie de un ordenador de 2027.
Anoche la lluvia seguía ausente.
El verde andaba de luto mientras
yo me consumía en el entusiasmo.
Anoche me soñaba valiente y avergonzado.
La muerte me abandonaba
y el hastío se disfrazaba de vida.
Anoche ella se masturbaba a lo lejos...
en tanto mis manos de plastilina
se deshacían ante el fuego del artificio.
Anoche me soñé ruido.
Alexis Figueredo